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Desvarios Variados

Perfectamente Imaginaria

Y entonces no podía creerlo, todos aquellos temores que creía olvidados, volvieron a mí...No sabía qué decirle, cómo mirarla, o cómo pararme, cómo reírme y cuándo reírme, mis manos comenzaban a sudar y los tics comenzaban a aflorar. Pero a la vez comenzaba a rodar películas imaginarias de nuestro futuro en mi cabeza: nos enamorábamos, nos peleábamos, nos reconciliábamos, celebrábamos aniversarios y cumpleaños juntos. Su sonrisa iluminaba en mí algo que creía perdido, reavivaba la ilusión y por lo mismo me volvía a poner presa de mis inseguridades, pero lo asumía con mucho gusto, todo por ella. La miraba y veía que me observaba, y por eso miraba hacia otro lado con temor de mirarla a los ojos, hasta que lo hice y no pude quitar la mirada de ellos.  Le gustaba el cine de Scorsese y Woody, la música de Pink Floyd y Silvio, la narrativa de Nietzsche y odiaba a Coelho. Era perfecta...

Hasta que desperté.

2 comentarios

Ana Lucía Mares -

El problema de estos sueños es que, al salir a la calle, la realidad te mete tremendo cachetadon...

Ana Lucía Mares -

Uno no puede tener todo lo que quiere en esta vida.. Se lo dijo un amigo a mi madre.