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Desvarios Variados

Grises y matices

A veces el día a día nos cambia la perspectiva, trastorna nuestras prioridades, nos hace sentir que estar tirados en nuestra cama vale más que cualquier otra cosa en el mundo.

Olvidamos lo importante, los ideales, las cosas que pueden cambiar el mundo, o que nos gusta pensar que podrán algún día son dejadas de lado por nuestra comodidad, por saber que estamos tranquilos y que cn eso basta.

A veces se necesita un evento traumático para despertarte, en mi caso sólo se necesita la película ,la obra, o el libro correcto, y creo que quizás volví a despertar, a superar esa incontrolable flojera de no hacer nada, esa insatisfacción que me cansaba pensar en cómo llenarla. Me gusta esa sensación de reconectarme, de dejar la indiferencia a un lado nuevamente y ver cómo el mundo se jode cada día más sabiendo que no hay nada que puedo hacer al respecto.

No hay nada que pueda hacer el respecto, como escribí en el último post ya no hay grandes logros por los cuales luchar o sencillamente no hay motivaciones. Pienso en la Lima de los 70s, 80s o 90s y pienso en gente que se unía para luchar por lo que creía, en contra de opresiones o en contra de la violencia; veo a la Lima de hoy día y veo a gente que se pelea por un sitio en una cola.

Eso sencillamente llena de impotencia, saber que hay infinitas cosas que mejorar pero que no tienes ningún poder sobre ellas frustraría hasta a la persona más optmista del mundo. Entonces, ¿Qué hacemos en nuestra estadía en este mundo gris? ¿Sencillamente esperamos a ver si mágicamente se hace la diferencia?, ¿o nos esforzamos en vano en marcar diferencia alguna sabiendo que no es posible? Yo creo idealistamente que deberíamos de disfrutar la vida, que sólo se vive una vez y que "carpe diem".

¿Pero tan hipócritas podemos ser?

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